noviembre 14, 2011

Continúa el Cerco Rojo en emisoras de radio




Legalismos no esenciales pero fundamentalmente por mantener una línea editorial e informativa autónoma respecto de la hegemonía comunicacional que pretende imponer el gobierno, en los últimos meses CONATEL ha cerrado once emisoras de radio:

18 de octubre de 2011 Éxitos 95.7FM y Ligera 98.7FM en Carora
31 de octubre de 2011 Cosmopolitan 107.9 FM en Valencia
2 de noviembre de 2011 Enamórate 95.3 FM y Viajera 101.7 FM en Falcón
4 de noviembre de 2011 K’lor 92.1 FM, Romance 104.3 FM y Machiques 106.3 FM en Zulia
5 de noviembre de 2011 Titán 98.5 FM y Coquivacoa 102.7 FM en Zulia
9 de noviembre de 2011 Maxilider 97.1 FM en Miranda

Fuente: Diario Tal Cual (digital), 14 de noviembre de 2011pag. 5

noviembre 05, 2011



"Cuídate que te vamos a fusilar, perra"



Creo que, en mi experiencia como corresponsal de medios internacionales en Venezuela, el tema más inquietante que puedo referir es el cerco que se ha levantado para acceder a la información gubernamental. La mayoría de las veces es tremendamente difícil tener acceso a la fuente oficial.
Primero, porque muchos de los encuentros con la prensa son filtrados y se deja fuera a los medios que son críticos al Gobierno. Yo he visto varias veces como al canal Globovisión -conocido por ser abiertamente opuesto a Hugo Chávez- se le ha negado la entrada al Palacio de Gobierno o a la Cancillería, por ejemplo. Ahora le acaban de imponer una multa de más de 2 millones de dólares por considerar que su cobertura incentiva la violencia y produce zozobra, como si las decenas de muertos y las atrocidades que vivimos a diario en Venezuela fuesen un invento de los medios de comunicación.
Segundo, porque una vez que logramos entrar a las conferencias de prensa del presidente y sus ministros, es prácticamente un sacrilegio hacer preguntas incómodas, olvidando que la función del periodista no es ser complaciente con las autoridades.
Muestra de eso fue el fuerte episodio que tuve con el presidente Chávez en septiembre de 2010, cuando hice la pregunta que cualquier periodista independiente habría hecho: ¿Por qué con tan poca diferencia de votos, la oposición ha ganado 37 escaños menos en el Congreso?
Pues bien, el presidente prefirió dar vueltas, llamarme ignorante y mandarme a estudiar, antes que contestar la pregunta. También ha sucedido con otros colegas de la prensa nacional e internacional. A un reportero de Fox News incluso lo llamó estúpido. A una colega de Televen le señaló "los intereses económicos de sus jefes". En fin.
Ha habido situaciones realmente críticas como la crisis de la prisión El Rodeo, en donde los medios que no pertenecíamos al Gobierno estábamos a un kilómetro de la puerta, frente a una barricada de militares que no nos dejaban pasar. Mientras tanto, veíamos por televisión al ministro de Interior declarar a los medios del Gobierno ¡desde dentro! de la prisión.
A mí se me ha negado la posibilidad de entrar al Palacio de Miraflores dos veces, en otras ocasiones ni siquiera me convocan, y la guinda del helado fue la reciente negativa del ministro de Comunicación e Información a permitirme hacer preguntas. "Ella no", fueron exactamente sus palabras, sin tapujos y sin disimulo. Aderezado además con algunos gestos irrespetuosos, muy poco dignos de un ministro. Me vi obligada a hacer un reclamo público delante del presidente Chávez que hizo mucho ruido pero que, lamentablemente, no sé si garantizará mi acceso a la información en un futuro.
Y luego, está la reacción de algunos partidarios del presidente que son verdaderos expertos en insultos y amenazas. Las flores que he recibido van por este tono: "Prostituta de la comunicación","mercenaria", "tarifada", "cuídate que te vamos a fusilar, perra". Un rosario de etiquetas que, para ser sincera, alguna vez me preocuparon pero que hoy me han hecho la piel más curtida. Aún así, me ha ido mucho mejor que a otros colegas que han sido golpeados físicamente, que sus cuentas de redes sociales han sido usurpadas o que, en el peor de los casos, están en prisión o en el exilio.
Uno de ellos es Leocenis García, director del semanario 6toPoder, quien está detenido desde el mes de Agosto por haber publicado un montaje fotográfico de las altas funcionarias del Gobierno venezolano en traje de cabareteras. Vamos, la foto puede ser provocadora y hasta de mal gusto, pero no creo que justifique poner a un periodista en prisión.
Y si algunos pudieran refutar ese argumento con aquello de "no permitir el libertinaje de expresión ni la ofensa a las damas", yo les invitaría a echar una miradita al canal del Estado que transmite un programa llamado La Hojilla en donde los insultos son el pan de cada día y a las mujeres de oposición se les tilda de putas, sin edulcorantes. ¿Dónde están los espadachines de la justicia femenina en esos momentos?
En todo caso, quienes intentamos hacer periodismo serio e independiente, sobre todo en un país donde la noticia está muy centrada en lo gubernamental, estamos en una lucha constante para hacer preguntas inteligentes, obtener cifras reales de inseguridad, petróleo, presupuesto, tener acceso a los funcionarios y ser testigos de los sucesos más relevantes, convenientes para el Gobierno o no. Lamentablemente, en ese intento, nos pegan en la frente la etiqueta de "desestabilizadores" y, con ella, todas sus consecuencias.
Andreina Flores es corresponsal en Caracas de Radio Francia Internacional y RCN Radio de Colombia
Tomado de El País Internacional, 3 de noviembre de 2011

noviembre 01, 2011


EL NACIONAL - MARTES 01 DE NOVIEMBRE DE 2011OPINIÓN/6

Opinión

Censura sutil: Marta Colomina
En esta lógica de censura, los medios privados no deben informar y mucho menos opinar. Eso, en sí, es motivo de sospecha y más aún si se tiene una posición abiertamente crítica



ANDRÉS CAÑIZÁLEZ



n el seno de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha venido cobrando fuerza la tesis de que los gobiernos perfeccionan cada vez más sus mecanismos para acallar la crítica pública.

El tiempo de censores directamente en los medios, el apresamiento masivo de periodistas o incluso su desaparición física, así como el cierre de medios, son cosa de otra época al menos en América Latina.

Obviamente con excepciones, como la tempestad que se vive en México con la muerte de decenas de comunicadores a manos del narcotráfico, tal como ocurrió en Colombia dos décadas atrás. La detención de Leocenis García, editor del semanario Sexto Poder, es una dura excepción en la región.

Lo que va cobrando fuerza en este tiempo es lo que suele llamarse la censura sutil. Produce el mismo efecto pero no queda en evidencia, de forma directa, la mano gubernamental que quiere censurar.

Tenemos, en Venezuela, en estos días un caso paradigmático de este mecanismo. Se trata de la salida de Marta Colomina de la señal de Actualidad 90.3 FM, del Circuito Unión Radio.

Conviene no olvidar que por razones similares debió abandonar Televen a mitad de la década pasada, en una razzia que también sacó de la pantalla chica a quienes, como Marta Colomina, en ese momento eran agudos y críticos anclas en programas de opinión. En aquel momento salieron Napoleón Bravo de Venevisión y César Miguel Rondón del propio Televen. A lo largo de estos años se ha producido una paulatina desaparición de figuras críticas, también en muchos espacios de radio y televisión de otras ciudades distintas de Caracas. En otros medios ha operado la censura de otra forma, con cambios drásticos de programación en los cuales, obviamente, se ve reducida o sencillamente desaparece la opinión e información.

Poco a poco, se ha venido implantado el modelo Cabello.

Somos país de frágil memoria, así que conviene recordar que en su breve paso por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, Conatel, el hoy diputado Diosdado Cabello reiteró hasta el cansancio durante el año 2009 que aquellas radios y televisoras que no quisieran tener problema con sus licencias debían dedicarse a entretener.

He aquí el quid del asunto. Para el Gobierno, en esta lógica de censura, los medios privados no deben informar y mucho menos opinar. Eso, en sí, es motivo de sospecha y más aún si se tiene una posición abiertamente crítica.

El modelo Cabello es efectivo especialmente si volvemos sobre lo que mencionó Luis Domingo Álvarez, de los circuitos AM y FM Center, al recordar la semana pasada que alrededor de 250 estaciones comerciales en todo el país siguen en un limbo ante el "silencio administrativo de Conatel". Son emisoras, cabe recordar, que vivieron la amenaza directa en 2009 y vieron cómo 24 estaciones fueron cerradas el 31 de julio de aquel año, sin derecho a la defensa. Usted, amigo lector, estará pensando lo mismo que yo: ¿Cuáles de estas emisoras se jugarán a Rosalinda poniendo, por ejemplo, publicidad opositora o manteniendo programas críticos? Esto ­sin duda alguna­ tendrá un duro impacto en un año extendidamente electoral, pues estaremos en elecciones desde ahora hasta abril de 2013. La hegemonía comunicacional en marcha, podría rezar un eslogan oficial.

Bajo este contexto de amenazas, presiones y chantajes al sistema de medios radioeléctricos se produce la salida del aire de Marta Colomina del Circuito Unión Radio. No es la única en los últimos tiempos, pero qué duda cabe de que es un caso emblemático. Ha sido objeto de la misma censura en dos ocasiones, porque no puede olvidarse que ya había perdido su espacio en televisión.

La valentía de César Miguel Rondón ­quien tuvo a Marta en su programa en el mismo Circuito Unión Radio (señal Éxitos 99.9 FM)­ nos ha permitido tener una suerte de documento histórico. No es usual que se hable sobre esta censura sutil.

Les invito a oír directamente lo que ocurrió con su salida. Este archivo lo pueden ubicar en la web en http://www.youtube.com/yomonitoreo.