junio 27, 2011

Ejercicio del periodismo está bajo control y violencia oficial

Hoy se celebra otro Día Nacional del Periodista. Pero los profesionales de la información poco tiene que festejar en medio de un marco jurídico que limita el ejercicio y las agresiones verbales y físicas por parte de simpatizantes del oficialismo. 

Para el profesor y ex integrante del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (UCV), Oscar Lucien, las limitaciones al acceso a la información son problema estructural. 

"Desde hace un tiempo hay una política pública de restricciones y limitaciones a la información pública. Hay un control excesivo del Estado en el manejo de informaciones que son relevantes para los ciudadanos violando garantías constitucionales". 

Un ejemplo de esta política, agrega, son las restricciones a la prensa independiente para la cobertura de la sesiones en la Asamblea Nacional. "El canal de televisión ANTV tiene un monopolio y no da poca evidencia de imparcialidad. En el debate donde se pretendió quitarle la inmunidad al diputado William Ojeda se cortó la información". 

Para el académico, la escasa información oficial sobre la ausencia del Presidente Hugo Chávez y su enfermedad, explica como se niega a los ciudadanos una noticia tan importante. Recordó que el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, notificó a su país sobre su enfermedad y fue público su tratamiento en Brasil. 

"El secretismo trae como efecto perverso las olas de rumoree. Al no haber información hay rumor". 

Lucien sostiene que otro elemento fatal para el periodismo, producto del acecho a la prensa independiente, es la autocensura, la cual no se puede cuantificar porque no deja huellas. 

"Cada día vemos como la cadenas empresariales y periodistas y las personas que acuden a los programas meditan muy bien porque hay un dispositivo que criminaliza la opinión y la información". Recordó como el general Francisco Usón pasó cinco años en la cárcel por opinar y los caso de Rafael Poleo y Oswaldo Álvarez Paz. 

Agresiones por doquier 

En el informe 2008-2010 del Insituto de Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela concluye que el periodo 2009-2010 fue el "más violento jamás registrado. La escalada es cuantitativa, y contrario a lo esperado, siguen siendo los atentados contra la vida o integridad física de periodistas la causal de mayor incidencia". 

Según el monitoreo, se demuestra que durante el período bienal objeto del reporte, y lo que va del año 2011, alrededor de 28% de las agresiones fueron cometidas por grupos de bases vinculados al oficialismo y desconocidos que atacaron a periodistas de medios independientes. 

En el documento se revela que el año 2010 ha sido el de mayor violencia contra la prensa desde que se estudia el tema: 147 incidentes, a razón de algo más de 12 por mes, fueron documentos entre mayo de 2009 y mayo de 2010, y se denuncia la "inacción de la fiscalía y del poder judicial".
Gustavo Méndez
El Universal, 27 de junio de 2011

junio 26, 2011

Medios "comunitarios": más vasallos    
Antonio PASQUALI

La aplanadora chavista se dispone a aprobar otra ley antipluralista en nombre, aseguran, de la libertad. Una hipocresía inventada en el siglo II a.C. por Tito Quincio Flaminio, un militar, que tras invadir y avasallar a Grecia, subió al Partenón a proclamar su libertad.

La Ley se titula "de Medios Comunitarios, Alternativos y la Comunicación Popular".

Amén de sus dislates gramaticales, salta a la vista su mazacote de antigualla ideológica con incompetente redacción y su planificación gubernamental, pese al sainete de un falso origen popular.

Los medios comunitarios o de proximidad, independientes, plurales y sin financiadores que pongan la música, son democracia útil; crean solidaridad intravecinal y aseguran a minorías y microestructuras sociales una ponderada capacidad de emisión. También hay razones históricas para quererlos; son una invención latinoamericana. Se iniciaron en 1947 en Bolivia con las emisoras mineras en aymara, y en Colombia con la célebre Radio Sutatenza, la que lanzaba de madrugada su: "¡Campesino, levántate, a trabajar por Colombia!". El Comité por una Radiotelevisión de Servicio Público fue el primero en introducir en Venezuela, en su Proyecto de Ley Orgánica de la Radiotelevisión de 1995, la distinción entre medios públicos, comunitarios y privados.

De ese mismo año es la histórica Declaración de Quito contra el patronazgo político o comercial: "Los gobiernos (...) deben (...) garantizar la existencia de medios de comunicación comunitarios y populares como una tercera forma de propiedad social (...) De este modo se asegura la independencia del ejercicio comunicacional respecto a finalidades lucrativas o políticas".

Chávez no encontró muchos medios comunitarios que acosar sino más bien un baldío a invadir, y se apropió de la idea avasallándola; corrió a comprarle a la cubana Copextel centenares de transmisores y los entregó a sus fieles. Sobreviven pocos independientes; la gran mayoría citemos Aporrea  lleva "la marca del proceso político (...) o expresan eso o desaparecen (...) el Ministerio nos organiza talleres (...) hacemos trabajos al Gobierno y nos pagan por eso". ¡Clarísimo! Medios públicos férreamente controlados, medios privados plagiados o brutalmente callados, medios comunitarios fieles a la causa: la triple base de la hegemonía comunicacional.

Esa hegemonía, afortunadamente, va mal: Chávez no imaginó que por primera vez muchos medios privados se jugarían su propia existencia en defensa de la libertad de comunicar. En cuanto a los medios del Gobierno, la catástrofe: sus seis canales de TV sumaron en 2010 una vergonzosa audiencia de 5,1%. De allí la urgencia chavista de más cadenas y de reforzar el tercer componente, lo seudocomunitario, asignándole un porcentaje descomunal de frecuencias (33%, que le daría al régimen 66%), un alocado 50% de la publicidad pública, y de merced un situado de Miraflores que sellaría la bovina sumisión de los medios "alternativos" a quien los equipa, abastece y estipendia.

Un proyecto así sólo tendría sentido si se desprendiera de una ley orgánica de la radiotelevisión, que el régimen evita como la peste, pues lo obligaría a sincerarse sobre el servicio público, hoy anómico y feudo del déspota. El texto actual es inconstitucional por referirlo todo a ilegales comunas y desfigura principios esenciales: niega el ser mismo de lo comunitario al "evitar la reducción a un microespacio territorial" (artículo 4; se minimiza lo "comunitario" y exalta lo "alternativo"), se vende a las misiones del Gobierno (artículo 21), legaliza una sustentabilidad de pura financiación gubernamental (artículo 12), admite la publicidad comercial (artículo 14).

La meta: darle peso a medios "alternativos" de jure, chavistas de facto, que puedan ocupar los espacios de la radio privada.

El escenario estaba montado de antemano: el pasado mayo, informa la cubana Prensa Latina, se abrió enCaracas una "Escuela Gubernamental de Fortalecimiento de Medios Alternativos" para enseñar "agitación comunicacional y política comunitaria socialista". 

El Nacional, 26 de junio de 2011

junio 24, 2011

El furúnculo presidencial

La insólita desaparición del teniente coronel Chávez en un hospital de La Habana, oscurecida por las escaramuzas militares en la cárcel de El Rodeo, es un asunto de interés público. ¿Cuál es la razón por la que se oculta la enfermedad del presidente Chávez? ¿Qué tan grave o delicado es su estado de salud? ¿No tienen los hospitales nacionales las condiciones para que sea atendido en su país y por médicos venezolanos? ¿No se compromete la soberanía del país cuando debemos enterarnos de la salud del Jefe de Estado por intermedio del diario oficial de la dictadura de los hermanos Castro? Como un buen termómetro, en las redes sociales han circulado las más variadas apreciaciones sobre la enfermedad presidencial desde la chanza, sobre la supuesta ubicación del absceso pélvico anunciado por el canciller, las dudas sobre las implicaciones constitucionales por la ausencia temporal de Hugo Chávez como de su sometimiento a la tutela de los Castro. Sin información oportuna y creíble se abona el terreno para el rumor y la especulación. Inclusive la forma airada y altisonante como el vicepresidente ejecutivo ha respondido a los reclamos de la bancada democrática, en estricto apego a los mandamientos constitucionales, genera mucha suspicacia: forma parte de las atribuciones de la Vicepresidencia Ejecutiva suplir las ausencias temporales del Presidente de la República.

Con la escasa información disponible, la pregunta a responder es: ¿Está o no ausente el presidente Chávez? Resultan incomprensibles las volteretas oficiales para asumir tan evidente constatación. Incluso, en sentido estricto, una vez que la Asamblea Nacional "corrige" el entuerto al extender una autorización de permanencia en Cuba, luego de concluida la inicial gira oficial, es obvio que el presidente está ausente por enfermedad. Ausencia que se pone particularmente de bulto cuando estamos frente a un atípico caso de "telepresidencia". Como nadie en la historia, el Jefe de Estado ha usado y abusado de los medios de comunicación para los temas propios de la administración de gobierno, ventilar asuntos personales en extremo narcisistas, celebrar su cumpleaños, narrar cómo cazaba arañas en Barinas, cómo violaba la normativa de la Academia Militar siendo cadete y narrar con lujo de detalles las incidencias de un íntimo cólico intestinal.

¿Cómo es que ahora, que enfrenta una enfermedad "sobrevenida" no se diga nada del asunto? ¿Por qué no se presenta a los venezolanos un boletín médico oficial diario que informe sobre su dolencia y el tratamiento que se le sigue? Tengo la impresión de que por la manera dañinamente polarizada como se abordó el tema del furúnculo presidencial, a los venezolanos nos ha sido prohibido conocer los verdaderos alcances de la enfermedad del jefe de Estado, dado que entre las causales de falta absoluta del Presidente o Presidenta se determinan el abandono del cargo y la incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica con la aprobación de la Asamblea .

Son muy pocos los momentos en los que el telepresidente Chávez no esté en los medios de comunicación. Abusivas y extensas cadenas diarias, ¡Aló Presidente! de cinco horas en promedio, gabinetes ministeriales televisados, avances noticiosos para donde quiera que se desplace el ubicuo mandatario, agresivas campañas promocionales que profesan el culto a su personalidad, o que intentan destruir moral y penalmente al adversario político, son el pan diario de los venezolanos.

¿Cómo es que ni a un sólo periodista se le haya ocurrido indagar en las instalaciones del hospital habanero sobre la salud del "comandante presidente"? No me refiero a los medios independientes porque es bien conocido el cerco a la libertad de expresión y al derecho a la información que padecemos los venezolanos aquí en nuestro país y los periodistas de todo el mundo, allá en Cuba.

Estamos frente a un delicado asunto de control de la información, a violaciones flagrantes de derechos constitucionales, entre otros el acceso a la información pública, como en este caso es la salud del Jefe de Estado.

Es comprensible que muchos venezolanos estén complacidos y agradezcan este reposo de la omnipresencia presidencial, que otros pongan en evidencia que su estar aquí no es imprescindible y que la caída por el barranco continúa a paso de vencedores, con o sin su presencia. Pero ese no el punto de fondo, en mi modesta opinión. Como venezolano quiero saber la verdad, al momento y de manera fidedigna y oportuna, sobre la salud del presidente.

Quien quiera este sea.

El Nacional, 24 de junio de 2011


@olucien

junio 13, 2011

LA COMUNICACIÓN PÚBLICA SE REDUCE A PROSELITISMO


La comunicación pública implica la difusión de las voces plurales de un país. No es el caso de Venezuela. Esa es una tarea de momento postergada porque, señalan especialistas como Carlos Correa (Espacio Público) y Óscar Lucien (Ciudadanía Activa), la prioridad no es transmitir noticias de interés de la ciudadanía, sino exaltar la figura del mandatario nacional. 

El año pasado el presupuesto ejecutado para difundir las actividades del presidente Chávez fue de 27.134.200 de acuerdo con la memoria y cuenta del Ministerio de Comunicación e Información (Minci) publicada el domingo por El Universal. 

Lo que pudiera suponerse de interés público se traduce en programas, micros y transmisiones que defienden o exaltan al presidente Chávez, aseguró Carlos Correa. 

Lucien, comparte esta visión y agrega que buena parte de esa comunicación que se genera desde el Gobierno es proselitismo político que se usa para promocionar el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y las actividades del Jefe del Estado, "pero no como presidente del país, sino como presidente de ese partido político rojo". 

Correa cuestionó la eficacia en el mensaje de programa de formato como el del Aló Presidente cuya producción cuesta a los venezolanos Bs. 110 mil 245 por emisión y que el año pasado generó un gasto total de Bs. 3.968.321 según el informe del Minci. 

"No es razonable la estrategia de comunicación en un programa de tan larga duración. No es una comunicación que va a ayudar a que los mensajes sean eficaces y en todo caso la estrategia comunicacional no debería estar centrada en la figura del Presidente", advirtió Correa mientras que Lucien llamó a hacer una distinción entre gestión comunicacional y proselitismo político. Para este último se está violando la Ley contra la Corrupción porque los funcionarios públicos "no pueden estar desviando los recursos del Estado". 

Sin verdaderas campañas 

Correa y Lucien lamentan que no se destinen recursos en verdaderas campañas de cultura ciudadana a pesar de que en la Memoria y Cuenta del Minci se señale que una de las mayores inversiones de ese despacho en 2010 se haya hecho en campañas comunicacionales, no se especifican cuáles, por Bs. 39.863.327. 

"La comunicación pública no se puede reducir a propaganda y debe ayudar a que haya información de interés para la ciudadanía. Hay estrategias de comunicación para exaltar el buen trato, el respeto, la cultura ciudadana, la no violencia etc, Aquí en Venezuela no se hacen campañas de interés público sino que se alimenta la confrontación sin proponer espacios de inclusión", reflexionó Correa. 

Lucien manifestó que los espacios creados por la Ley de Responsabilidad Social para campañas que debían utilizarse para crear cultura ciudadana se destinan cada vez más a micros de propaganda política, de descrédito de la contraparte política del oficialismo. Según el sexto proyecto del Ministerio de Comunicación e Información "desarrollo de la industria audiovisual nacional independiente" que aparece en la Memoria y Cuenta del despacho dirigido por Andrés Izarra, se manejaron Bs. 4 millones 497 mil de los cuales no se comprometió ni un bolívar a la "creación del canal 100% producción nacional independiente y comunitaria". 

Para Correa esta situación obedece a que quienes manejan la comunicación pública en el país no están interesados en desarrollar esa parte de la industria televisiva porque están enfocados en la figura del primer mandatario y en tema estrictamente político. 


SARA CAROLINA DÍAZ  
EL UNIVERSAL
lunes 13 de junio de 2011  


junio 10, 2011

Bofetada "chola" al CNE

"¡Que pena con esas señoras rectoras de aquí!". "Si fuera presidente promovería un CNE como el peruano. Que cuenta los votos y da los resultados a tiempo. Sin tanta máquina y sin tanta angustia". "El CNE peruano le dio otra paliza al CNE venezolano". Desde el domingo circulaban numerosos comentarios que testimonian la escasa credibilidad del Consejo Nacional Electoral venezolano. Cada elección en algún país latinoamericano, en el cual el proceso electoral ocurre sin contratiempos mayores, sin presencia excesiva de cuerpos militares en un evento civil por excelencia, sin abusos propagandísticos del gobernante de turno, con procesos manuales y transparentes y, sobre todo, cuando el organismo electoral anuncia los resultados con prontitud y sin generar suspicacia, los venezolanos sentimos que se le da una bofetada al CNE venezolano.

En sentido estricto, resulta muy difícil determinar, en tan reñida competencia, quién corona los laureles como la más degradada institución, la más divorciada de los intereses ciudadanos, la más reñida con la Constitución, la más sumisa a los arbitrios del teniente coronel Chávez. Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía, defensora del pueblo (sic) luchan "a diente pelao" para merecer la palma de oro miraflorina. Pero, sin duda, entre todas destaca el CNE por lo chocante de su autopromoción como "líder de los procesos electorales más automatizados del planeta".

Vayamos a algunos hechos puntuales para que esta apreciación no sea entendida como una animadversión hacia las señoras rectoras que dominan el organismo electoral.

En primer lugar, dejando de lado que el proceso de totalización y cómputos es todo un misterio, que ocurre a altas horas de la noche bajo un creciente clima de incertidumbre y de tensión, el CNE venezolano no da resultados. Hechos: cuando uno entra a la página web del CNE y busca los resultados de las pasadas elecciones para elegir el Parlamento Latinoamericano, proceso en el cual votaron nuestros compatriotas que viven en el exterior, se encontrará el mensaje: "En este momento esta información no está disponible". Y las elecciones fueron el 26 de septiembre de 2010. Pero lo más grave de todo es que el mismo mensaje se repite si buscamos, por ejemplo, los resultados de las elecciones presidenciales de 2006: "En este momento esta información no está disponible". Mientras que para el CNE los votos venezolanos en el exterior no cuentan, con envidia veíamos el pasado domingo cómo los peruanos residenciados en Venezuela votaban cómodamente en los centros de votación habilitados en el país, y cómo el ente comicial peruano ONPE anunciaba el procesamiento de sus votos.

Asimismo, el CNE se niega obsecuentemente a dar los resultados definitivos de la derrota de la inconstitucional reforma propuesta por el Presidente actual en 2007.

Veamos, en segundo término, el asunto de la observación internacional. Ayer, en Perú, Dante Caputo, jefe de la misión de observación electoral de la OEA, anunciaba que "el desarrollo de los comicios fue muy bueno". Como sabemos, la observación externa suma credibilidad al proceso y se constituye en un aval de transparencia. El CNE venezolano, a pesar de tener la credibilidad en el subsuelo, se niega a una observación internacional calificada, invitada con el tiempo suficiente para garantizar su mejor desempeño.

Finalmente, el punto esencial. El CNE traiciona el mandato constitucional de garantizar igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales, así como la personalización del sufragio y la representación proporcional. Sin razón alguna adelantó las pasadas elecciones legislativas y modificó los circuitos electorales para favorecer al partido de gobierno y pervirtió la proporcionalidad: por eso en la Asamblea Nacional quienes sacaron menos votos tienen más curules. De igual manera, de forma perversa no ha realizado las elecciones para las legislaturas regionales y de concejales, y prolonga así indebidamente los mandatos de los funcionarios en cargos. A pesar de las innumerables peticiones y reclamos, el CNE se niega a anunciar el calendario de tan cruciales elecciones del año próximo, entre ellas la elección presidencial.

Tenemos un CNE que no da resultados, que no hace elecciones y que no fija los calendarios comiciales. La única noticia es que comprará nuevas máquinas. Los cholos hermanos del Perú le han dado tremenda bofetada a este CNE nuestro, el más automatizado del planeta.

¿Qué estarán pensando, qué se traerán entre manos?

@olucien