abril 26, 2011

El libro de Óscar Lucien certifica el acoso del gobierno de Chávez a los medios

 Este sociólogo y cineasta recopila todos los casos que se han registrado hasta la fecha de atropellos realizados por la administración de Hugo Chávez a la libertad de expresión. Es el mayor esfuerzo editorial que se ha llevado a cabo  por establecer la política sistemática de acoso a los medios de comunicación por parte de un gobierno que no cree en la tolerancia ni en las opiniones críticas.

Las coincidencias a veces sacan chispas. Mientras salía de imprenta en Caracas el más reciente libro de Óscar Lucien, Cerco rojo a la libertad de expresión, publicado por La Hoja del Norte; en Buenos Aires se desataba una polémica por la entrega a Hugo Chávez del premio al comunicador popular, entregado por la Facultad de Periodismo de la Universidad de la Plata.
Las noticias volaron y rápidamente el libro de Óscar Lucien se convirtió en la herramienta más precisa para contrastar la paradoja entre el galardón y los abusos cometidos por el gobierno de Hugo Chávez a lo largo de doce años de atropellos sistemáticos contra periodistas y medios de comunicación.
De hecho, Lucien no ha dejado de atender llamadas telefónicas de periodistas de ambos países, en busca de revelaciones que expliquen cómo pudo un autócrata como Chavez recibir un premio de esta magnitud.
Cerco rojo a la libertad de expresión acaba de entrar en las librerías venezolanas con buen pie. El cineasta e investigador de la comunicación, Óscar Lucien, entrega un informe redondo y meticuloso sobre las amenazas y los ataques a la libre expresión a las ideas que ha habido en Venezuela desde 1998, que incluye el análisis de las acciones y las omisiones ordenadas desde el poder, tanto las agresiones físicas contra una reportera en la calle como las leyes sancionadas en la Asamblea Nacional.
Carlos Ayala Corao, ex Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha escrito: “Es un documento muy valioso sobre los ataques y las agresiones al derecho a la libertad de expresión durante la actual década de gobierno en Venezuela (1999/2010)’’.
Marcelino Bisbal, Director de los Postgrados en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, también ofreció su punto de vista. “¿Hay absoluta libertad de expresión en Venezuela? Las páginas que tenemos por delante demuestran, de manera contundente, que no. El Gobierno Nacional no puede ocultar lo que está sucediendo en Venezuela en materia de libertad de expresión.
“Las evidencias están bien expuestas por Cerco rojo a la libertad de expresión de Óscar Lucien para hacer realidad aquello que el Presidente de la República expresara en octubre de 2001: ‘Los medios de comunicación son enemigos de la revolución’. Este libro recoge todas las pruebas que hacen que esa afirmación se haga un terrible realidad’’.
Cerco rojo a la libertad de expresión, de Óscar Lucien, ya está en las librerías y sin duda será una lectura imprescindible para estudiantes, académicos y profesionales interesados en el deterioro que ha sufrido la democracia en los últimos doce años. 

Twitter:@olucien

abril 18, 2011

"Vivimos en un eterno comienzo y eso dificulta la sedimentación de una memoria"

Óscar Lucien, cineasta, es miembro fundador de la ONG Ciudadanía Activa

El autor de Cerco rojo a la libertad de expresión (La Hoja del Norte, 2011) señala la importancia de consolidar el registro del pasado y evitar que los medios de comunicación caigan en la autocensura

Impulsado por su preocupación ante los padecimientos de la prensa independiente en la coyuntura política polarizada y violenta que ha caracterizado el país en la última década, el sociólogo, cineasta e investigador de la comunicación social Óscar Lucien publicó Cerco rojo a la libertad de expresión (Editorial La Hoja del Norte, 2011). 


El libro es un estudio pormenorizado de los abusos contra la libertad de pensamiento en Venezuela. El ámbito del análisis comienza el mismo día en que Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República, el día 2 de febrero de 1999, sobre una "moribunda Constitución", y se extiende hasta el año 2010. 

Los temas expuestos incluyen un breve registro histórico del concepto de libertad de expresión en Venezuela, la delimitación de sus aspectos jurídicos y un catálogo de las agresiones directas e indirectas a los medios de comunicación, así como a los periodistas en el cumplimiento de su trabajo; sin dejar por fuera el irrespeto al marco legal internacional en la materia. 

"El libro también tiene que ver con uno de los objetivos más importantes que persigue la organización no gubernamental a la que pertenezco, Ciudadanía Activa. La asociación fue creada en el marco del 11 de abril de 2002, bajo el lema `Prohibido olvidar’, con el objeto de mantener viva la memoria ahora que hay un desierto de los espacios de opinión en los medios audiovisuales y radioeléctricos. El problema es que han ocurrido muchas cosas y las dinámicas han cambiado muchas veces", explica Lucien. Ante estos hechos, que otros ven como aislados, el investigador denuncia un plan sistemático de acoso a la libertad de expresión. 

Una de las conclusiones a las que el investigador llegó en Cerco rojo es tan simple y a la vez tan utópica en el panorama venezolano actual que abisma: "El ejercicio del periodismo requiere de un comunicador consciente de su responsabilidad de intermediación entre los acontecimientos y los ciudadanos. Sin tutela del Gobierno ni de corporación mediática alguna". 



­¿Es el pueblo venezolano de memoria corta o tiene esa aparente miopía que ver con que están ocurriendo muchas cosas graves a la vez y pocos o nadie se ocupa de sistematizar los hechos para articular las soluciones? 
­La nuestra es una cultura un poco perversa de la tabula rasa en la que todo siempre comienza de cero. En Venezuela es difícil configurar en la tradición, y eso puede verse en cualquier forma de las artes de nuestro país. Vivimos en un eterno comienzo y eso dificulta la sedimentación de una memoria como tal. A pesar de que éste es un país que tiene todos los gadgets de la modernidad, no tenemos el pensamiento de la modernidad y tenemos problemas con la civilidad; en este país la gente no sabe ni siquiera cruzar por el rayado. Tenemos un problema grueso con la definición de la ciudadanía. Si a esto le sumamos el de los medios de comunicación y el debilitamiento de los partidos políticos, no hay mecanismos para que la ciudadanía pueda ejercer sus derechos políticos. 



­¿Cuál es el papel crucial de los medios frente a una ciudadanía mermada? 
De intermediación, lo que no quiere decir que los medios no tengan una posición política como tal, pero tiene que haber una clara distinción entre lo que es la línea editorial de un medio de comunicación y los compromisos de su cobertura informativa, que tiene que ser consecuente con la diversidad de opiniones políticas en el país. 



­¿Cree que en la coyuntura política actual los medios no cumplen ese papel? ­Les resulta difícil cumplirlo, porque están amenazados. 

Aquí se trata de sustituir un ecosistema en el que los medios cooperan con el ejercicio de la democracia y de la ciudadanía por un modelo totalitario, frente al cual los medios están obligados a defenderse. Los pocos medios que quedan en Venezuela están ahora ocupados en la defensa de un modelo político que para poder existir plantea su destrucción. Esto es parte de un plan, no es algo causal: en Venezuela se pretende imponer un modelo político contra la expresión de la voluntad popular de los venezolanos, porque después del referéndum se aplicó una Ley Habilitante que va en la dirección de la reforma que la gente rechazó con sus votos. 



­¿Le parece que es una posibilidad el cierre de los medios privados? ­Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez había medios privados, pero también había una persecución sistemática de quienes se oponían al discurso oficial y eso mismo ocurre ahora. 

Aquí pueden dejar que algunos medios existan, pero cerraron RCTV y ahora vendrá el turno de Globovisión. Dejan el canal privado Venevisión, pero porque ha cedido para ser favorable al sistema. 

Si uno analiza su programación se da cuenta de que no hay pauta crítica y puede verse la publicidad oficial; es Disneylandia frente a la realidad que estamos viviendo. 

Entonces, a efectos de un análisis dirán que hay libertad de expresión, pero en qué términos. Eso, además, tiene una contradicción de fondo, porque el modelo de consumismo que transmite ese canal, desde el punto de vista ideológico, contradice un socialismo que va para la ruina. 



­¿Cómo se ha ido montando el cerco a la libertad de expresión y cómo puede revertirse ese proceso? ­Es un plan sistemático y ya existe en Venezuela el dispositivo legal para silenciar a los medios y que está en marcha: la Ley de Telecomunicaciones y la reforma de ésta, que viene por allí. Ahora, esto es en el caso de los medios radioeléctricos, que permiten con mayor facilidad ese tipo de presión porque el Estado administra el espacio radioeléctrico. De hecho, así es como vendieron en el exterior el caso RCTV, dijeron que al canal se le había vencido la licencia. En el caso de los medios impresos está el problema de la falta de papel, el de la merma en la pauta publicitaria y la demanda que afrontan El Nacional y Tal Cual por unas fotos que sacaron en primera página.
@olucien

Entrevista en el diario El Nacional, 18 de abril de 2011
Autora: Michelle Roche

abril 02, 2011

El libro que revela los ataques sistemáticos de Chávez contra los medios

Se trata de Cerco rojo a la libertad de expresión. Su autor, Oscar Lucien, anticipó enRadio 10 detalles escalofriantes de las maniobras del caudillo contra la prensa de Venezuela: Cierres de medios, bloqueos, persecuciones impositivas, pautas que se usan como premios y castigos y programas en la TV pública que "descalifican e intimidan"

En pocos días saldrá a la venta Cerco rojo a la libertad de expresión, de Oscar Lucien, periodista y columnista del diario venezolano El Nacional, texto que revela los "ataques sistemáticos" del régimen de Hugo Chávez contra los medios en general y los periodistas en particular.
En una entrevista con Marcelo Longobardi, en el programa Cada Mañana de Radio 10, el escritor dio un pormenorizado detalle de todas las maniobras que aplica el caudillo bolivariano –que en la Universidad de La Plata recibió un dudoso premio a la libertad de expresión– para amordazar y amedrentar a los medios y a dirigentes opositores.
En un largo racconto, Lucien habló de cierre de medios, bloqueos, persecuciones con leyes impositivas y supuestas caducidades de licencias, publicidad oficial que se usa como premio y castigo por la línea editorial de la emisora en cuestión y hasta programas en la televisión pública que descalifican e intimidan a periodistas críticos u opositores políticos.
"Hay un ataque sistemático a los medios y a la libertad de expresión que Chávez lo enmascara con diferentes motivos y lo justifica con la existencia de una supuesta guerra mediática", afirmó el periodista.
Según cuenta Lucien, el texto, que será lanzado la semana próxima, presenta "una reflexión más detenida de por qué la cadena presidencial es violatoria de derechos y garantías constitucionales".
Lucien denunció que el chavistmo utiliza métodos para "encubrir y enmascarar los ataques sistemáticos a la libertad de expresión" y enumeró una serie de disposiciones legales para cumplir su objetivo: "Tiene un dispositivo normativo legal para intimidar a los medios, la utilización de los Tribunales para amedrentar e intimidar, la criminalización sistemática, la utilización de mecanismos de presión impositivos, entre otros".
"En Venezuela la Constitución garantiza la libertad de expresión y el derecho a la información de los ciudadanos, sin embargo se fueron creando un conjunto de dispositivo legales como la Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV, la ley de Telecomunicaciones, incluso, hubo un intento de creación de la ley de delitos mediáticos", explicó el periodista.
El libro describe además como "se degrada a los opositores" en los programas comoLa Hojilla Los papeles de Mandinga. "Son programas de la TV pública que se utilizan de una manera bastante perversa para descalificar e intimidar a los opositores", aseguró Lucien.
Además, se muestra "el negativo efecto económico en la industria de la radiotelevisión" que ha causado el régimen del caudillo caribeño y "la actividad publicitaria, los intereses ciudadanos de entretenimiento e información".
En su libro, Lucien también dejar ver los procedimientos del Seniat (ente recaudador) o el Conatel (organismo que control las telecomunicaciones) para no renovar  las licencias de las emisoras que no están alineadas con el chavismo.
Lucien, columnista del diario El Nacional, sostuvo que Chávez, "desde el comienzo de su mandato hasta diciembre de 2010, nos encadenó 2.125 veces, con un total de 1.464:01:45 horas", en referencia a discrecionalidad con la que abusa de la cadena presidencial.

abril 01, 2011

El premio de La Plata

1. Cuando recibí la llamada de la periodista para saber mi opinión sobre el premio Rodolfo Walsh al teniente coronel Chávez, salí de mi error. Había tomado como chanza el mensaje que corría por la red social twitter: "En La Plata dan un premio de buen comunicador al presidente Chávez".

Imagino que por un curioso mecanismo asociativo, relacioné La Plata (con plata, dinero), Argentina (con maletín, dinero), los barcos que le van a construir a Chávez en Buenos Aires (dinero), la relación amistosa Cristina Kichner-Chávez (dinero), premio (compensación, dinero) con la extensa cháchara de despedida de Chávez de los venezolanos durante unas tres horas (sintético, preciso, buen comunicador), antes de abordar el avión.

¿Qué pienso repito la interrogante que la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Plata dé un premio al presidente Chávez?

Primero, que nada, repito, pensé que se trataba de un chiste. Acababa de ver al jefe del Estado usurpando durante horas el llamado sistema nacional de medios públicos (VTV, canal 8 y canal 61, Vive Tv, ANTV y Telesur) disertando orondo en el marco de un "Encuentro entre la Dirección Nacional y los equipos estadales del PSUV" en el hotel Alba.

En las varias veces que desactivé el "mute" del televisor, el teniente coronel Chávez evocaba un episodio de su vida personal, de sus días de cadete u oficial, de sus bochornosas andanzas golpistas mientras era oficial activo de las Fuerzas Armadas Nacionales. Así como si nada, como un chiste o como testimonio de su "glorioso" pasado.

Muchos de los relatos ya conocidos y repetidos hasta la saciedad, algunos edulcorados para destacar su protagonismo. ¿Merece un premio un individuo que actúa de esta manera?, me pregunto retóricamente y la periodista me ataja de inmediato: "Para eso lo estoy llamando a usted".

Pero la parte que más me llamó la atención del discurso del presidente del PSUV, comandantepresidente (sic) de la república fue la condena, retórica, a la corrupción. ¿Disociación sicótica? que llaman los oficialistas.

No puede criticar la delincuencia quien con un arma en la mano asalta una tienda.

La vigente ley Contra la Corrupción, aprobada bajo el gobierno revolucionario, bolivariano, condena taxativamente como corrupción el uso de medios públicos en función de proselitismo político y establece penas muy severas.

Por razones de espacio, me limito al artículo 58:
El funcionario público que, indebidamente, en beneficio particular o para fines contrarios a los previstos en las leyes, reglamentos, resoluciones u órdenes de servicio, utilice o permita que otra persona utilice bienes del patrimonio público o en poder de algún organismo público o de empresas del Estado cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado, será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años.
¿Es consistente la condena presidencial contra la corrupción?

2. ¿Merece un premio a la Comunicación el presidente Chávez?

Fuera del uso corrupto que hace el jefe del Estado del sistema nacional de medios públicos al servicio exclusivo de su partido y del modelo político que se pretende implantar en Venezuela, fotocopia del de los hermanos Castro en Cuba, a contracorriente de la voluntad popular expresada el 2 de diciembre de 2007, los venezolanos padecemos un cerco inclemente a la libertad de expresión y al derecho a la información consagrados en la Constitución de la República.

Hasta el 2010, el presidente Chávez encadenó a los venezolanos más de 2.100 veces.

Se apodera de los medios públicos y de la radiotelevisión comunitaria semanalmente, un promedio de 5 horas en su show de variedades Aló Presidente, el cual es retransmitido, además, en versión editada en horario nocturno.

De manera que no puedo calificar sino obscena la declaración del presidente Chávez a su llegada a Argentina, ante el evidente desagrado de la prensa independiente por el absurdo y complaciente premio otorgado: "No he cerrado ningún medio de comunicación en Venezuela".

Pues bien, ésa es una mentira que puede soltar impunemente en Argentina, pero si aquí en nuestro país se atreviera a presentarse ante los medios no oficialistas, el más bisoño periodista podría preguntarle: Y ¿Radio Caracas Televisión? ¿RCTV Internacional?, ¿y el circuito radial CNB y otras 35 emisoras? ¿No es acaso Chávez el autor intelectual de las perversas reformas a la Ley de Responsabilidad de Radio y Televisión y a la Ley Orgánica de Telecomunicaciones? ¿Qué decir del incesante acoso al canal de noticias Globovisión? ¿De la descalificaciones, intimidaciones y criminalización a periodistas y dueños de medios, de los juicios a periodistas, de las limitaciones en el acceso a las fuentes de información?

El de Argentina es, sin duda, el premio de la plata.

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