junio 10, 2011

Bofetada "chola" al CNE

"¡Que pena con esas señoras rectoras de aquí!". "Si fuera presidente promovería un CNE como el peruano. Que cuenta los votos y da los resultados a tiempo. Sin tanta máquina y sin tanta angustia". "El CNE peruano le dio otra paliza al CNE venezolano". Desde el domingo circulaban numerosos comentarios que testimonian la escasa credibilidad del Consejo Nacional Electoral venezolano. Cada elección en algún país latinoamericano, en el cual el proceso electoral ocurre sin contratiempos mayores, sin presencia excesiva de cuerpos militares en un evento civil por excelencia, sin abusos propagandísticos del gobernante de turno, con procesos manuales y transparentes y, sobre todo, cuando el organismo electoral anuncia los resultados con prontitud y sin generar suspicacia, los venezolanos sentimos que se le da una bofetada al CNE venezolano.

En sentido estricto, resulta muy difícil determinar, en tan reñida competencia, quién corona los laureles como la más degradada institución, la más divorciada de los intereses ciudadanos, la más reñida con la Constitución, la más sumisa a los arbitrios del teniente coronel Chávez. Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía, defensora del pueblo (sic) luchan "a diente pelao" para merecer la palma de oro miraflorina. Pero, sin duda, entre todas destaca el CNE por lo chocante de su autopromoción como "líder de los procesos electorales más automatizados del planeta".

Vayamos a algunos hechos puntuales para que esta apreciación no sea entendida como una animadversión hacia las señoras rectoras que dominan el organismo electoral.

En primer lugar, dejando de lado que el proceso de totalización y cómputos es todo un misterio, que ocurre a altas horas de la noche bajo un creciente clima de incertidumbre y de tensión, el CNE venezolano no da resultados. Hechos: cuando uno entra a la página web del CNE y busca los resultados de las pasadas elecciones para elegir el Parlamento Latinoamericano, proceso en el cual votaron nuestros compatriotas que viven en el exterior, se encontrará el mensaje: "En este momento esta información no está disponible". Y las elecciones fueron el 26 de septiembre de 2010. Pero lo más grave de todo es que el mismo mensaje se repite si buscamos, por ejemplo, los resultados de las elecciones presidenciales de 2006: "En este momento esta información no está disponible". Mientras que para el CNE los votos venezolanos en el exterior no cuentan, con envidia veíamos el pasado domingo cómo los peruanos residenciados en Venezuela votaban cómodamente en los centros de votación habilitados en el país, y cómo el ente comicial peruano ONPE anunciaba el procesamiento de sus votos.

Asimismo, el CNE se niega obsecuentemente a dar los resultados definitivos de la derrota de la inconstitucional reforma propuesta por el Presidente actual en 2007.

Veamos, en segundo término, el asunto de la observación internacional. Ayer, en Perú, Dante Caputo, jefe de la misión de observación electoral de la OEA, anunciaba que "el desarrollo de los comicios fue muy bueno". Como sabemos, la observación externa suma credibilidad al proceso y se constituye en un aval de transparencia. El CNE venezolano, a pesar de tener la credibilidad en el subsuelo, se niega a una observación internacional calificada, invitada con el tiempo suficiente para garantizar su mejor desempeño.

Finalmente, el punto esencial. El CNE traiciona el mandato constitucional de garantizar igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales, así como la personalización del sufragio y la representación proporcional. Sin razón alguna adelantó las pasadas elecciones legislativas y modificó los circuitos electorales para favorecer al partido de gobierno y pervirtió la proporcionalidad: por eso en la Asamblea Nacional quienes sacaron menos votos tienen más curules. De igual manera, de forma perversa no ha realizado las elecciones para las legislaturas regionales y de concejales, y prolonga así indebidamente los mandatos de los funcionarios en cargos. A pesar de las innumerables peticiones y reclamos, el CNE se niega a anunciar el calendario de tan cruciales elecciones del año próximo, entre ellas la elección presidencial.

Tenemos un CNE que no da resultados, que no hace elecciones y que no fija los calendarios comiciales. La única noticia es que comprará nuevas máquinas. Los cholos hermanos del Perú le han dado tremenda bofetada a este CNE nuestro, el más automatizado del planeta.

¿Qué estarán pensando, qué se traerán entre manos?

@olucien

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